La comunidad del collar se reunía finalmente, gracias al trabajo logrado por la Guardiana del Templo, Li-tan. Ella fue capaz de convocar a todos los integrantes de la legión sin que hubiera ausentes. El Gran Maestro estaría presente, luciendo en su cuello, el símbolo de la congregación. Trenzado con hilos dorados, de la cabellera de un dragón hindú sostenía una medalla dorada agiornada con dibujos cifrados por el primer practicante de tiro al collar. Nadie podía esperar que la reunión pudiera fracasar o sufrir algún tipo de retraso, salvo ella que dudaba hasta de su propia sombra.
Detras de un cartel luminoso con la leyenda "Visite La Rioja esta Semana Santa" se encontraba el Mago del Valle de los Saltos, Abhar . Su rostro curtido por el paso del tiempo, brillaba gracias a la sonrisa contenida por los hechos que pronto se desencadenarían.El lugar designado en plaza Francia por Li-tan había sido reservado con un año de antelación y el Gobierno de la Comarca había provisto un escenario con gradas y todos los elementos necesarios para que el gran Maestro pudiera recitar sus enseñanzas transmitidas de generación en generación. La columna de peregrinos era extensa y encabezada por el mismísimo Maestro y sus más cercanos discípulos.
Al visualizar las graderías, notaron que las mismas habían sido ocupadas y un gran número de personas aplaudía sin cesar con atónita mirada hacía el escenario. El pastor Gin-Zen sermoneaba sobre los pecados cometidos por las comunidades y como el sexo seguro se había infiltrado entre los miembros de nuestra sociedad. El pastor arengaba a sus seguidores a luchar en pro de una mejor relación entre los hombres y las mujeres como las sagradas escrituras recomendaban. Todo esto se llevaba a cabo al ritmo de la musica interpretada por el conjunto Beso Papal.
Li-tan supo enseguida que había sido emboscada y buscó entre la población cercana al culpable de la broma de mal gusto. Un destello detrás de la parada del colectivo 38 delató al mago y comenzó la inevitable persecución. Olvidó a su egrégora, que exigía explicaciones, y dejó salir su enojo que nubló todo lo sucedido. Ya no importaban los buenos modales que su maestro pregonaba, eran inútiles sus prácticas de dialéctica y concentración. Hizo a un lado su capa morada y armó su arco. Abhar apuró su marcha y fue abriéndose paso con su bastón de madera con cabeza de cristal mientras soltaba una carcajada que boicoteaba su huída. La primer flecha pudo ser mortal, de no mediar el cartel de prohibido estacionar de 8 a 21 sobre la calle Ayacucho. Abhar tomo una de sus estacas de su morral cruzado y la arrojo en dirección hacia ella dándole un efecto tirabuzón con la mano derecha pero fue fácilmente desviada por la experimentada guerrera. Al llegar a la esquina de Guido, Li-tan disparó una bateria de tres flechas negras que terminaron incrustándose en un jacarandá de mitad de cuadra. Al sentir el alivio de su fortuna el mago se envalentonó y aprovechó el descuido de su rival al tropezar con un paseador de perros, para arrojarle su bastón directamente sobre su humanidad. Mismo efecto, mismo destino pero distintas consecuencias. Al golpear el bastón la cabeza de la guardiana esta empezó a destellar una luz brillante y dos alas negras se desplegaron por debajo de su capa. Abhar elevó su mirada al cielo y observó una migración de Terrinos (Cabeza de Terranova y cuerpo de pingüinos) Li-tan, emprendió el ascenso mientras su cuerpo mutaba y su rostro tomaba la forma canina. El mago satisfecho había dado batalla y pudo liberar esta rivalidad sin sentido, ambos contrincantes se sintieron libres por fin de aquello que los oprimía. La jauri-andada, se elevó unos 50 metros más, dió un giro de 180º y dió un vuelo rasante sobre el escenario, justo cuando cerraba su número Beso Papal. Con sus caras pintadas, trajes de lycra blancos con capa y suecos amarillos, pisaban unos pollitos rojos con cuernitos, colitas y tridentes debajo de sus alitas.
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